El Internet de las Cosas, IoT del inglés Internet of Things, se refiere a la idea de cosas que son legibles, reconocibles, localizables, direccionables y/o controlables a través de Internet. Las soluciones de IoT abarcan dispositivos, sensores, personas, datos y máquinas y las interacciones entre ellos.
Business Insider Intelligence pronostica que "para 2023, los consumidores, las empresas y los gobiernos instalarán 40 mil millones de dispositivos IoT a nivel mundial".
La función principal del Internet de las Cosas es recabar información de las cosas a través de sensores, de manera que con esa información se puedan tomar decisiones o desencadenar acciones a través de actuadores. Se trata de:
Por ejemplo, en un cultivo hay sensores de humedad de la tierra, que también parametrizan la localización, el tipo de tierra y el tipo de cultivo. Los datos de humedad se envían a Internet y un programa analiza estos datos y los compara con los datos óptimos en función de la época del año, el tipo de tierra, el tipo de cultivo. Ese programa envía instrucciones a los actuadores de riego para que provean el flujo óptimo de agua.
El Internet de las Cosas tiene los siguientes componentes:
Lo más habitual es que se desplieguen soluciones de IoT en la nube, es decir, Cloud Computing IoT, con parte de la solución desplegándose en entornos Edge Computing. El líder indiscutible como proveedor de estos servicios es Amazon Web Services IoT Platform.
Para dar sentido a la ingente cantidad de datos generados por las soluciones IoT, es necesario utilizar soluciones de Big Data y de Inteligencia Artificial, que aportan la capa de “Inteligencia de Negocio”, analizando y proponiendo acciones.
Si quieres profundizar en qué es el internet de las cosas y cómo funciona realmente, puedes consultar el análisis de la tendencia de nuestro think tank, Future Trends Forum, haciendo click aquí.